martes, octubre 10, 2006

Sin torpeza

A veces me imagino una ciudad llena de gente haciendo lo que le gusta, en su rol diario, sin interferir el orden del resto.

Los roles están bien distribuidos y cada uno permite al otro hacer lo que desea, porque le conviene que el otro cumpla su objetivo. Cada uno es felíz realizando lo que quiere, lo que le gusta. Y eso es un óptimo social.

Cada individuo cumple sus metas. Las metas de todos se alinean en favor del bienestar común.

Bilz y Pap.

¿En qué momento nos desviamos de esto?

1 Comments:

Blogger Elias said...

Desde que somos seres humanos.

5:35 p. m.  

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