lunes, septiembre 11, 2006

Antinatura

En el lapso de un mes he vuelto a ver padres enterrando a un hijo. He escuchado nuevamente en mi cerebro que aquello es algo que no puede suceder. Es antinatura sepultar lo parido.
No se entiende una muerte horrorosa y accidental en un ser joven viviendo plenamente. Lleno de proyecciones, de ideas, de sueños. De aquellos que uno no entiende como comprendieron tan bien lo que querían y buscaban. Que no se entiende cómo hicieron para lograr aceptarse, y que los aceptaran. Y que no se entiende como se mueren. Como al final ellos también tienen un final, y que es antes que el de uno.
La muerte es indiferente a la razón. Y estando siempre presente en nuestro lado izquierdo nos debe recordar la fragilidad palpitante de la sangre.

1 Comments:

Blogger Boletin Mileva said...

Es terrible, incomprensible, frustrante, de una impotencia atroz, que nos hace ver que somos chicos ante el destino, pequeños, minúsculos, casi invisibles como una hormiga. Creo que la muerte de alguien tan íntimo, tan de uno, tan suyo, tan de adentro, termina por matar a la madre/padre casi por la mitad. Lo peor es que ese final no tiene consuelo, quizá el paso del tiempo, pero nunca, nunca se olvida.
Espero que a nadie de mi entorno (incluyéndote) le suceda. Ni a mi peor enemigo/a.

10:01 p. m.  

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